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CATALUÑA, AÑO CERO.

CATALUÑA, AÑO CERO.



En las jornadas previas a las elecciones autonómicas en Cataluña me pidieron un artículo similar a este sobre lo que podría salir de las urnas. Advertía entonces que lo que las encuestas vislumbraban era un empate técnico entre los los partidarios de la independencia y los teóricos "constitucionalistas" que podría desequilibrar un poco la aplicación del sistema de reparto de escaños que prima a la mayoría. También anotaba que los independentistas habían blasonado de que con una mayoría suficiente seguirían adelante con el proceso de independencia y que nunca se sabe hasta dónde podrían llegar los juegos de salón y los cambalaches a la hora de sumar escaños para la declaración de independencia en un juego donde los diputados del PSC no ofrecen muchas garantías. También señalaba que aunque los independentistas perdieran por la mínima o no tuvieran, según su argot, la mayoría suficiente, para ellos solo sería un revés, un aplazamiento de la letra con fecha de vencimiento que, dada la inacción del gobierno, parece tener la integridad de la nación española. Dejemos claro que estas elecciones nunca deberían haberse celebrado. Eran unas elecciones con trampa porque se les dio un valor de referéndum que es imposible que tuvieran. Ello debería haber bastado para su declaración de nulidad. Pero no fue así.

Las urnas han confirmado ese empate técnico y aunque ello suponga que de momento no habrá declaración de independencia y el problema de los nacionalistas sea cómo formar gobierno sin que ERC se lleve la mejor parte, lo cierto -conviene no ignorarlo- es que el número de los que han apoyado abiertamente la independencia es muy alto: un millón seiscientos mil catalanes. Pero son todos los que son. De hecho la plataforma Juntos por el Sí ha obtenido unos pocos votos menos que los conseguidos anteriormente por CiU y ERC. Empate técnico, porque los independentistas consiguieron el 39.5% y los constitucionalistas -utilizo el término que aparentemente les une porque la unidad de España me temo la entiende de forma diversa en Ciudadanos, PP y PSOE- un 41,68%. Ahora bien, si se añadieran los resultados de los PODEMOS locales, que mantienen una posición ambigua, se superaría el 50.5% de los votos. Por ello tenían razón los representantes de la CUP, la Candidatura de Unidad Popular, cuando afirmaban que los resultados no eran favorables a los independentistas y por tanto ni apoyarían a Mas ni a eso que llaman reverencialmente el "proceso".

Los resultados han dado un respiro a España como nación y esa es para muchos la mejor de las noticias posibles, especialmente para el presidente Rajoy y para el PP que de momento respiran porque no han tenido que recurrir a la ley, y por tanto a la fuerza, ante una declaración de independencia. Eso sí, todos sus tertulianos salieron en tromba a convencer al personal de que todo ha terminado con la derrota de Mas en la urnas remarcando que son solo el 30% del censo electoral. Argumento que es la primera vez que oigo porque de aplicarse el mismo criterio no muy lejos quedarían los votos reales obtenidos por el PP en las generales. Un respiro para un gobierno que, declaraciones rimbombantes a un lado, sigue sin saber qué hacer -carece de política en este terreno- y el PSOE cree, más estúpida que ingenuamente, que la solución política pasa por la reforma constitucional y la conversión de España en una Menarquía Federal -seguro que Felipe VI estaría encantado con ser rey de las exEspañas-.

Ahora, en estas semanas, el problema en Cataluña es cómo formar gobierno. Un gobierno que difícilmente proporcionará la estabilidad necesaria y que continuará con los vicios habituales. Arturo Mas había preparado la sala y la moqueta que le mantendría en el poder, había calculado el juego de la aplicación de los restos en la adjudicación de escaños para que en Juntos por el Sí acabaran saliendo más diputados de Convergencia que de ERC, pero la contención del voto independentista y el incremento del voto de los que quieren seguir siendo españoles de Cataluña, ha hecho que Convergencia haya perdido su papel hegemónico frente a ERC. Convergencia ya no es lo que era y ahora resta por saber si los dos grandes partidos, PP y PSOE seguirán queriendo meterla en su cama o, dados los resultados de PODEMOS y Ciudadanos, dejará de ser necesaria. Hoy por hoy nadie parece querer unir su suerte a la de Artur Mas. Es más, todos prefieren que se marche y ello puede conducir a unas nuevas elecciones a las que temen muchos, desde Convergencia hasta ERC pasando por el PP, porque pudiera ser que el Ciudadanos del tándem mortal para el PP Rivera-Arrimadas se convirtiera en la primera fuerza política de Cataluña. Temor justificado. Pero al mismo tiempo necesitan seguir detentando el poder porque si. La red clientelar de Convergencia, sin todo el aparato de subvenciones, sin el,control cultural y educativo el independentismo tendría muy difícil su expansión e incluso, dado el perfil de los votantes de Covergencia, se podría producir un retroceso en el voto del miedo a las consecuencias que el separatismo explota en Cataluña. Por ello, probablemente lleguen a un acuerdo aunque sea la bobada de un gobierno asambleario. Y dada la situación no seria aventurado afirmar que se alargarán los plazos todo lo posible para que la decisión final, gobierno o elecciones, no tenga que tomarse antes de las generales del 20 de Diciembre. De aquí a entonces el gobierno, aun cuando sea en funciones, tiene una oportunidad histórica para poner a Artur Mas en su sitio.

Concluía en ese artículo anterior a las elecciones afirmando que lo previsible era que el 27-S no conllevara, dados los resultados, la declaración de independencia sino un avance en ese camino. Ese 39% de papeletas indirectamente favorables a la independencia -aunque mi impresión personal es no pocos de los votos a Convergencia eran un apoyo a la política de chantaje para conseguir lo que más desea la burguesía catalana, un concierto económico que les de el control sobre las arcas públicas para seguir enriqueciéndose- es muchísimo más de lo que existía hace cuarenta años cuando el independentismo era marginal y CiU jugaba a ser un partido sistémico del juancarlismo. El que hoy exista ese porcentaje importante de independentistas, especialmente entre las nuevas generaciones, es el legado del juancarlismo, de la política suicida de PP y PSOE de dar competencias a cambio de apoyos o porque creían -rematadamente tontos- que con ello el nacionalismo se iba a contentar; competencias que han servido para crear esa base independentista, todo el entramado mediático-cultural-educativo que ha insuflado vida al independentismo.

¿Qué nos deparará el futuro próximo? ¿Nos conformaremos con ver crecer generación tras generación el independentismo? Quiero creer que este proceso es reversible, que como nación no he,so llegado al punto sin retorno de la ruptura. Ahora bien, no quiero ocultar mi desaliento y decepción porque más allá de lo simbólico no he visto reacción alguna del pueblo español. ¿Cómo es posible que en esta coyuntura, cuando es evidente la posibilidad de precipitarnos en el abismo como nación, no hayamos visto reacción alguna por parte de la ciudadanía? ¿Cuántos españoles han salido a la calle para exigir o defender la continuidad de España como nación? Tengo la impresión de que una parte importante de los españoles, de un modo u otro, asumen como reales parte de las razones históricas y/o culturales que esgrimen los nacionalistas, y que, con una u otra consideración, asumen la existencia de Cataluña como nación porque ellos mismos no tienen clara cuál es su propia identidad; consecuencia directa de la necesidad de crear falsas identidades autonómicas engendrada por ese nefasta organización/desorganización territorial que se denomina Estado de las Autonomías. ¿Por qué? Básicamente porque han aceptado, consciente o inconscientemente, la perversión del lenguaje que les hace pronunciarse sobre si se sienten más españoles que de su comunidad, si prefieren la ecuación contraria o, simplemente, se sitúan en el punto medio.

La razón última de la situación ante la que nos encontramos es que ante el discurso separatista no ha habido contestación alguna. Al contrario, desde el Estado, cuya primera obligación debiera ser mantener la nación, es decir, defender al idea y el concepto de España, se ha practicado, por unos y por otros, la política suicida del tancredismo, del dejar hacer, de no creer las señas que advertían de que venía el lobo. La resultante ha sido el crecimiento excepcional de los votantes al nacionalismo y en su lógico desarrollo su conversión al independentismo. Y ello también ha sido posible por la protección que se ha brindado, por los dos grandes partidos, a los dirigentes nacionalistas creyendo que, permitiéndoles ser la oligarquía dominadora, evitando que el régimen corrupto vigente en Cataluña cayera ante los tribunales, solo agitarían el espantajo de la independencia para obtener mayores prebendas. Que estaban jugando inocentemente a "que viene el lobo".

¿Qué se ha ofrecido en estas elecciones como alternativa al independentismo? Poca cosa para ganar corazones. Razones históricas por parte de una minoría que, naturalmente, ni tiene espacio en Cataluña ni encuentra hueco en los grandes medios de comunicación, pero que con eso creen que ya hacen bastante. Razones económicas: se es español o no -ese es el discurso del PP y Ciudadanos- en virtud de los beneficios económicos que ello implica. Ha causado lástima y sonrojo ver a los dirigentes "constitucionalistas" debatir sobre si la hipotética Cataluña independiente será o no admitida en el seno de la Unión Europea; o explicar que cuando caminamos hacia la unión de las naciones europeas se busque la desunión en un movimiento contrario al progreso y la modernidad. Eso sí mucha banderita para que parezca otra cosa y fuera de Cataluña a algunos se les llene el bolsillo de efluvios patrióticos frente al televisor.

No pocos estiman que la solución pasa por la mano dura, por el artículo 155 de la Constitución que creo aún no está desarrollado y la suspensión de la autonomía. Esa seria la respuesta obligada y única -la otra seria la cesión- en el caso de una declaración de independencia. Pero ese es el recurso final que no sé si el gobierno se atrevería a utilizar. En estos momentos ese no es el camino. Lo fundamental es hace descender el número de independentistas y para ello no se puede recurrir a mapas de la Edad Media, esa mitología ya no importa. Para ello es preciso hacer que se cumpla la ley, acometer un amplio programa de difusión cultural no nacionalista y, sobre todo, amparar las razones en la promoción de la idea y el concepto de España, conseguir que decenas de miles de catalanes vuelvan a sentir el orgullo de pertenecer a esta Patria común llamada España. Pero mucho me temo que todos, desde el PP hasta Ciudadanos andan diciendo: todo menos eso.


(Artículo publicado en el periódico mensual La Nación)




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LAS ENCUESTAS PREOCUPAN A LOS EMERGENTES

LAS ENCUESTAS PREOCUPAN A LOS EMERGENTES

LA DESAFECCIÓN AL BIPARTIDISMO AMENZA A CIUDADANOS Y PODEMOS



Es evidente que las encuestas se han convertido en algo primordial a la hora de establecer el nexo de unión entre los ciudadanos y los partidos, especialmente cuando, como ahora acontece, existe una notable incertidumbre sobre qué puede acontecer en las próximas citas electorales.

Pese a la canícula, anotando el descanso bisemanal del agosto central, se han prodigado encuestas encargadas por los diversos medios, en las que curiosamente los resultados en gran parte muestran tendencias en consonancia con las líneas editoriales (a resultas de la interpretación de determinadas preguntas) y por fin aparece el barómetro del CIS (el CIS casi siempre interpreta en consonancia con el gobierno aunque si se estudian los resultados la lectura es siempre muy matizable).

El barómetro del CIS solo ha hecho confirmar algo que ya estaba en el tablero de juego: que el PP recupera votos muy lentamente y que ganaría las elecciones. Este es el titular que han resaltado los medios afines al gobierno. Ahora bien, ganaría las elecciones bastante lejos de la mayoría absoluta y tendría que buscar el apoyo de Ciudadanos que puede ser insuficiente. Esta es la otra lectura.

Nadie ha negado el valor de tendencia que tiene el barómetro por más que algunos repitan eso de que la única encuesta válida es la de las urnas. El PP recupera voto y en un análisis sectorial se indica que lo hace a costa del voto que se marchó a Ciudadanos y también, aunque algunos no lo crean, a PODEMOS. Es evidente que si los datos macroeconómicos y la propaganda sigue su camino el PP seguirá recuperando voto, pero no es menos cierto que pocos estiman que porcentualmente el crecimiento supere al final los cinco puntos con respecto a europeas y autonómicas.

Lo que marca la tendencia es la inestabilidad del electorado de eso que se han llamado los emergentes que son la clave de las próximas elecciones. También en esto el barómetro y las encuestas no hacen sino confirmar lo evidente. El triunfo relativo ha sido un arma de doble filo para Ciudadanos, un partido que no se sabe muy bien dónde está y cuál es su sentido para poder crecer. El aluvión y los pactos no le han sentado bien y su futuro pasa por los resultados en Cataluña. Eso qué significa, que su suelo anda sobre el 10% y que puede que quede reducido a eso, lo que hará bajar en mucho el tono desafiante de Rivera ante Mariano Rajoy.

Otro cantar es lo que ocurra con PODEMOS. Sus dirigentes suelen tener muy en cuenta los datos sociológicos. A estas horas saben que lo que se planea teóricamente puede salir mal en la práctica. Si el diseño electoral y de pactos fue teóricamente perfecto en la realidad les ha colocado en el peor de los escenarios. Pablo Iglesias y su equipo quieren asaltar el poder, obtener un resultado que les permita gobernar y hacia ello caminaban en todas las encuestas llevando a su cola al PSOE y a IU. Para eso necesitaban ir más allá de la izquierda, de ahí el giro en el discurso buscando la transversalidad para poder atraer el voto descontento y el voto nuevo que no fuera de izquierdas. ¿Qué es lo que ha salido mal para que se produzca el retroceso en las encuestas y se quede en un importante pero insuficiente porcentaje para sus objetivos?

Lo que ha salido mal son sus representantes en el poder. También en esto son víctimas del aluvión y de creer en presuntos líderes sociales prefabricados durante una década a base de subvenciones oficiales y sin más representación real que la que les daba el poder y los medios. Llevan dos meses en el poder y lo único que pueden ofrecer son boutades, rojadas de todo tipo, banderas gay, escasas soluciones y comportamientos como los de la denostada casta. Tienen el poder en Madrid y Barcelona, el laboratorio propagandístico perfecto y lo han tirado por la ventana con esa nulidad llamada Carmena (doña Rogelia gobernando) y esa extraterrestre apellidada Colau. Y para colmo todos andan colocando a novios, primos y hermanos.

Dicen los PODEMOS que les queda tiempo para rectificar, para recuperar el espacio. Me parece que no, porque para ello tendrían que meter en cintura a los que han probado las mieses del poder y están encantados de haberse conocido. El resultado será que muchos de aquellos que entraron en la desafección al bipartidismo, y les apoyaron, ahora serán también desafectos a ellos.

CUANDO LAS PRÓXIMAS ELECCIONES SE CONVIERTEN EN EL TALÓN DE AQUILES DE LOS PRESUPUESTOS

El Ministro que menos gracia hace del gobierno -descontando todos aquellos que ni se sabe que existen-, el inefable señor Montoro, ha presentado el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2016, de cuyo trámite parlamentario dependerá la disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones generales.

Todos los PGE son políticos, un arma en manos de cualquier gobierno. Estos además son electoralistas, al menos en su presentación. Discutir esto es baladí. A estas alturas del partido el PP se ha convencido de que lo que más daño le hace es su faz antisocial, el sentimiento mayoritario de que se gobierna de espaldas a la mayoría de la población, se incrementan las desigualdades sociales y se ciegan las esperanzas. De ahí que el señor Montoro y los altavoces mediáticos del gobierno y del PP, tipo La Razón, los hayan presentado como la muestra del giro social del gobierno por el incremento relativo del denominado gasto social. No siendo economista -certeros a la hora de estudiar lo que ha pasado pero con muchos peros en sus futuribles-, leyendo los avances de los PGE, yo diría que tienen más ruido que nueces.

No discutiré la lógica del razonamiento que los sustenta pero tampoco es bueno apartar de la memoria el cuento de la lechera. Los PGE2016 parten de una ecuación sencilla: más empleo, menos paro, más cotizaciones, más recaudación, menos intereses a pagar es igual a más fondos para el Estado. Y ello se apoya a su vez en la idea de que los elementos externos que impulsan la recuperación económica, por encima de los aciertos o desaciertos del gobierno, se van a mantener: crecimiento del turismo a lomos de los problemas de los competidores, factura energética baja por los bajos precios de los hidrocarburos, política del BCE y mantenimiento de un Euro bajo.

Nadie puede negar el incremento de algunas partidas sociales pero todo ello es muy matizable y además pueden tener a la larga un efecto bumerán. Porcentualmente la realidad es que con respecto a 2015 el crecimiento no es tal aunque lo sea en números absolutos, y ahí está el primer desengaño (de un 53.9% a un 53.5%). Tampoco el destino de muchas de las partidas es asimilable a lo que el ciudadano entiende por gasto social. Yo destacaría como real el destinado a la dependencia.

Menos real es el incremento de las pensiones que el gobierno y el PP van a vender como muestra de su preocupación. Recordemos que por obra del gobierno, empeñado de dexindesar los salarios del IPC, las pensiones se revalorizan por ley y ya estaba fijado el mínimo que era de un 0.25 que es lo que se ha aplicado en los PGE2016, luego no es que suban las pensiones sino que se aplica la ley que de hecho reducía el poder adquisitivo de los pensionistas. Crece el gasto total, pero es porque habrán más pensionistas. Este es el segundo desengaño. El gobierno sigue sin acometer este tema y me temo que seguirá echando mano de la hucha.

Reconocen indirectamente los Presupuestos que las Comunidades Autónomas siguen siendo un agujero negro. El gobierno ha preferido aparcar el tema de la reforma de la financiación en esta legislatura, entre otras razones porque no sabe qué hacer. Las CCAA seguirán incumpliendo los objetivos marcados -lo que es un problema para la credibilidad- y el gobierno inyectando dinero político. No varían en esto mucho, por ejemplo, las partidas de inversión. Siguen creyendo que el problema territorial y el secesionismo se combate con dinero. Así pues tendremos más trasferencias monetarias a las CCAA y no hace falta señalar cuáles serán las más beneficiadas. Tercer desengaño.

Por más que me lo vendan yo sigo sin ver una decidida orientación en los PGE2016 hacia el cambio de modelo económico-productivo. Cierto es que se incrementa la I+D+i, pero no parece que el sistema de subvención y no de objetivos de grandes resultados, ni sea el más eficaz. Puede que la partida destinada a la LOMCE fomente un cambio de cualificación laboral, pero de momento no conocemos un plan coherente de renovación y modernización sino mantener lo de siempre. Algo similar tendríamos que decir sobre las inversiones públicas y el problema energético. Ya veremos en el debate parlamentario sino estamos ante más de lo mismo.

Los PGE2016 ocuparán el discurso político hasta las próximas elecciones. Salvo la intención general, los "presupuestos más sociales", las cifras absolutas y la subida del 1% a los funcionarios, referida solo a los del Estado, las medidas de impacto electoral van a cobrar vida en esa mejora ya prevista por Montoro para el trámite, convertido así en uno de los puntales de la campaña del gobierno para las elecciones. A la idea de que si el gobierno pierde las elecciones se acabará la recuperación se sumará la idea de que si el gobierno no gana las elecciones nada de lo prometido, avance de futuras mejoras, se hará.

El Talón de Aquiles o la ruptura del cántaro de la lechera es que el PP no va a reeditar su mayoría absoluta en las próximas elecciones. Ello le obligará a pactar con Ciudadanos para mantenerse en el poder, porque la vieja alianza con los nacionalistas se me antoja tan insuficiente como inviable. Eso supondrá variar ostensiblemente estos Presupuestos después o aceptar en el trámite las enmiendas que Albert Rivera haga desde la calle porque no está en el Parlamento, por ello deberemos estar atentos a sus declaraciones y las respuestas, ellas nos darán la clave del precio del pacto. Y si el PP no consigue mantenerse en el poder mucho me temo que los PGE2016 sean papel mojado porque los miles de millones destinados a disminuir el déficit acabarán pagando cualquier ocurrencia.

Ahora, lo importante es saber qué peso tendrá ese asumido Talón de Aquiles en eso que se llaman los mercados, aunque de momento lo que más preocupa es la bufonada de Atur Mas, porque no es la primera vez que un bufón al que se deja hacer no provoca un desastre.


PEDRO MIRÓ, EL JESUITA ASESINADO UN 20 DE NOVIEMBRE EN REPRESALIA POR LA MUERTE DE DURRUTI

PEDRO MIRÓ, EL JESUITA ASESINADO UN 20 DE NOVIEMBRE EN REPRESALIA POR LA MUERTE DE DURRUTI


Coincidencias. Leía hace unos días un magnífico artículo de uno de los pensadores modernos marginados, el argentino Alberto Buela, titulado "La Industria de la memoria". Evidentemente no se refiere a la situación española, pero no pocos de sus argumentos serían fácilmente extrapolables a nuestro caso. También aquí lleva décadas desarrollándose esa industria a costa del erario público iniciada con indemnizaciones sin cuento y culminada con subvenciones increíbles a grupos constituidos en muchos casos para la explotación de la memoria.

Como la canícula aprieta la prensa se puebla de reportajes y entre ellos es habitual encontrar noticias sobre los hallazgos y avances de estos "explotadores de la memoria" o de la persecución a cualquier nombre relacionado con el franquismo en los callejeros. Cierto es que esas decenas de miles de desaparecidos -hilarantes son los números presentados por estas asociaciones que no son más que organizaciones vinculadas a IU inicialmente y que ahora andan arribando a las procelosas aguas podemitas-, enterrados en fosas ocultas, no aparecen por ningún lado. Sin embargo, es usual que estos desenterradores se topen, como ha sucedido hace unas semanas, con una fosa con medio centenar de soldados del ejército republicano ejecutados por retroceder frente al enemigo. Práctica usual en las unidades comunistas y que viene a probar que son ciertos los relatos que me contaba un viejo soldado a las órdenes de El Campesino -líder comunista- explicándome cómo ponía las ametralladores a la espalda de sus soldados para que no retrocedieran. O lo acontecido a los buscadores de dos ejecutados en Borriol por los nacionales al encontrarse en la fosa con 77 soldados nacionales que eran desaparecidos porque no se sabía dónde estaban enterrados. Lo que por cierto viene a dejar en evidencia otro de los argumentos de las Asociaciones de la Memoria de la izquierda: que los nacionales ya habían sido todos localizados y homenajeados. Hay también muchos desaparecidos del bando nacional: unos, enterrados en zona de combate; otros, asesinados, como los oficiales de marina arrojados al mar en Cartagena.

Viene al caso todo lo anterior, la cascada de coincidencias, porque hace unos días, comentando estas cosas, me escribió la sobrina-nieta de un jesuita, don Pedro Miró de Mesa, nacido en Palma de Mallorca. Cursó estudios en Holanda, impartió clase en Argentina. Ya en España la guerra le estalla en Barcelona. Como tantos otros es detenido el dos de noviembre de 1936, hacía poco que había cumplido 35 años. Da igual si fueron las milicias anarquistas o las del POUM... Su final fue la terrible checa de San Elías de la capital catalana, dependiente del Comité Central de Milicias Antifascistas donde todos tenían representación y en esa época "atendida" por los asesinos de la anarquista FAI. Según se anota en la documentación se supone que fue asesinado el 20 de noviembre de 1936 en represalia por la muerte del líder anarquista Buenaventura Durruti. Su cadáver aún sigue sin aparecer y hasta 1948 no se pudo hacer la inscripción correspondiente en el registro civil. Al no encontrarse el cadáver y sin más testimonios no se pudo iniciar el proceso de beatificación para dolor de sus familiares ¿Qué sucedió en la Cheka?

La Cheka de San Elías, situada en los sótanos del convento de las clarisas de Jerusalén, era uno de los varios centros de tortura y muerte de la capital catalana que el presidente Companys toleró sin mayor problema. Algunos de los defensores de la memoria histórica de la izquierda tratan de borrar de la historia aquel siniestro lugar y sus métodos. Los asesinatos en masa como los del 28 de octubre de 1936 que llevaron a la muerte a 46 hermanos maristas y las torturas eran usuales. Durante once meses se sacó a los presos de las hacinadas celdas. Se leía la lista y eran asesinados en los sótanos o el cementerio. En la Cheka existía un horno crematorio que evidentemente permitió deshacerse de los cadáveres, expoliados convenientemente de sus dientes de oro. También tenían una piara de 42 cerdos. Aunque pueda parecer increíble ese fue el destino de algunos de los prisioneros torturados, servir de alimento a los puercos. Ese fue el destino, por ejemplo, de Eusebio y Ramón Cortés según mantuvo su familia. Por Barcelona corría meses después el anuncio de la venta de los "chorizos de monja", al provenir de los cerdos alimentados con los restos de los torturados. De ahí que, ante los diversos testimonios, sea más que posible que ese fuera el destino del cuerpo de la madre Apolonia del Santísimo Sacramento. Con más de sesenta años fue desnudada y cortados en vida sus miembros mientras rezaba por sus asesinos. Después sus restos arrojados a los cerdos. Otros restos tuvieron como final el aljibe. Los enseres, la ropa de los asesinados, se acumulaba en el claustro. Cuando en 1943 las monjas recuperaron el convento e indicaron las obras encontraron gran cantidad de huesos que fueron depositados en una habitación convertida en cripta bajo la advocación Ipsi vero mortui sunt pro Christo, et vivent in aeternum. Entre los muros de San Elías quedan las últimas oraciones de tantos que allí encontraron la muerte y también la verdad del último destino del cuerpo nunca hallado de don Pedro Miró, asesinado por ser sacerdote y enseñar.

¿Acaso no merecen estos muertos y desaparecidos, asesinados por la izquierda que hoy reclama memorias, las placas, las lápidas y el recuerdo que oficialmente se proscribe?

CUANDO LOS BUSTOS REALES ACABAN EN CAJAS DE CARTÓN

CUANDO LOS BUSTOS REALES ACABAN EN CAJAS DE CARTÓN

Alguien podría pensar que lo que voy a contar es consecuencia directa de las sucesivas olas de calor que azotan la tierra patria -Cataluña incluida-, o que el cambio climático, en el que es obligatorio creer como en las brujas, causa estragos en las siempre doctas y privilegiadas mentes de nuestros políticos, en sus dos especies: los de la casta y los de la gente.

Resulta que los PODEMOS, los podemitas a secas y los podemitas travestidos de lagarterana o de cándida oveja, que han birlado los asientos a la casta y han llenado consistorios y parlamentos de segunda de nuevos look entre informales y casuales -por cierto que vestirse/disfrazarse de perro flauta cuesta una pasta, casi tanto como algunas chanclas y similares que lucen-, se han dado cuenta que el furor antifranquista de los viejunos, tipo señora Carmena, da para muy poco, que encima hay que ponerse a estudiar para identificar a alguno de los militares que para no pocos debieron ser de los tiempos de Viriato. Y como son leídos, tienen carrera y hasta blasonan de nacer del profesorado universitario, han podido discernir el verdadero alcance de la infumable Ley de la Memoria Histórica.

El alma viejuna -que conste que Monedero no es ningún jovencito barbilampiño- y la falta de ideas, porque una cosa es seguir las palabras del gran timonel que cosecha votos y otra hacer algo de provecho para la comunidad -para la gente como ellos dicen- les ha llevado a presentar como gran aporte, como muestra del cambio que representan, la eliminación definitiva de los franquistas del callejero municipal. Y la oposición -léase el PP- ha respirado tranquila, casi con la misma tranquilidad del gobierno de don Mariano que no fue capaz de derogar tan inicua ley, entre otras razones porque a no pocos dirigentes peperos les parece estupenda debido a su ignorancia manifiesta.

Algunos se han tomado a chiste -no es para menos- la limpieza que se anuncia para la capital de España, iniciada con el cambio de la Plaza Vázquez de Mella por la de Zerolo. Lógico, porque en la lista aparecen no pocos intelectuales usualmente considerados de derechas como sospechosos de ser simpatizantes del franquismo -no vamos a poner pegas porque alguno fuera fusilado/asesinado por los republicanos en el verano de 1936 por ser de derechas-. Ilógico el tomárselo a chiste, porque en el fondo la Ley de la Memoria no solo iba contra don Francisco -como piensan los temerosos del PP- como ahora se comienza a poner en evidencia.

A la izquierda le molesta más que Franco, que ya es historia, la bandera o el reconocimiento a cualquiera que no sea de izquierdas. Lo de Franco es la excusa. Los honores y los reconocimientos públicos solo pueden ser para la izquierda y durante un rato para los tontos útiles. La guerra contra la bandera de España es larga y poco tiene que ver con la manipulación de presentarla como franquista. Lo usual ha sido que en muchos ayuntamientos y sedes oficiales desaparezca sin que se haga nada. Y ahora nos encontramos con la estulticia de algunas corporaciones colocando carteles explicando que la ponen porque les obliga el gobierno central. Dan la nota en tan bella Arcadia algunos cantantes foráneos de gira por Hispania, que en plena canícula andan amargando la vida a nacionalistas y progres exhibiendo sin cautela la bandera española (de nota los Scorpions cantando rock delante de la proyección de una gigantesca bandera de España en Santa Coloma de Gramanet)

Ada Colau, esa insigne alcaldesa de la gente con tendencia a vestirse de superhéroe, más revolucionaria y menos viejuna que Carmena, ha decidido que ya está bien de tonterías y que lo que importa es lo que importa, que don Francisco se murió hace unas décadas y lo importante es lo actual. Por eso, sin miramientos ha descabalgado al rey emérito del sitial de honor municipal que tenía en su reino -el de Colau, claro- y su busto ha acabado en una digna caja de cartón camino de los sótanos o del trapero. Ya puestos algunos ya piden que se limite el auge de la simbología monárquica en algunos centros oficiales. Remata la jugada, de momento, el Ayuntamiento de Zaragoza que le ha retirado al pabellón deportivo el nombre de Príncipe de Asturias y esto no ha hecho más que empezar.

Ya lo he escrito en alguna ocasión. La Ley de la Memoria Histórica tiene un claro objetivo político: cuestionar la legitimidad actual. En última instancia la persecución y proscripción del franquismo, el mal de todos los males, incluye el proceso de la Transición realizado por la clase política del franquismo y ello incluye a la monarquía porque ellos no olvidan que si hoy existe la monarquía es porque un señor llamado Francisco Franco se empeñó en dejar como su sucesor a otro señor llamado Juan Carlos de Borbón. No entiendo por qué algunos se llevan las manos a la cabeza cuando otras estatuas comienzan a llevar el camino de las de Franco.

MITOS Y MENTIRAS EN TORNO A FRANCO Y EL 18 DE JULIO

MITOS Y MENTIRAS EN TORNO A FRANCO Y EL 18 DE JULIO

Los manuales de historia con los que aprendimos la generación de la EGB, producto de la Ley Educativa de 1970, hacía mucho que habían dejado atrás las lecturas patrióticas propias de los años cuarenta. Aprendíamos que la guerra civil tuvo causas estructurales de índole socioeconómico que no se habían solventado, que la II República fracasó en su intento reformista precisamente por su cariz jacobino, por su deseo manifiesto de expulsar de la vida pública a media España y por la persecución desatada contra la religión católica -entonces todos éramos católicos-, lo que hizo inevitable la guerra civil. Había poco de maniqueísmo en aquellos planteamientos. Hoy, sin embargo, cuando se ojea alguno de los manuales con los que estudian nuestros escolares, nos sería complicado encontrar algo tan sencillo como las causas de la guerra. Corrijo, lo que encontraremos será básicamente una versión maniquea en la que un puñado de ambiciosos generales dieron un golpe de estado calificado como fascista contra la democracia.
Alguien escribió con acierto que a la guerra de las armas siguió la guerra del papel y que en este terreno los vencidos con las armas llevan varias décadas ganando batallas para cambiar la historia. El proceso ha sido largo. Dejemos a un lado lo acontecido antes de los sesenta para situarnos en aquellos tiempos en los que arribaron a la historiografía los hispanistas, tipo Gabriel Jackson o H.R. Southworth, por no entrar en las líneas de interpretación difundidas por editoriales como Ruedo Ibérico, o en el alimento de la progresía que deseaba reescribir la historia a las ubres de negacionistas de la verdad como Tuñón de Lara -probablemente hoy ya pocos sepan quién fue este sujeto- y sus Encuentros de Pau donde mamaron doctrina una parte de las nuevas generaciones de estudiantes de historia, desde entonces hemos asistido a una mitificación de la II República de tal calibre que hoy es casi una herejía afirmar que en 1936, con la victoria del Frente Popular, la mediodemocracia que era aquel régimen solo para republicanos había dejado de existir. En la España de 1936 los partidarios del régimen burgués de democracia liberal eran una minoría muy exigua, aunque hoy no se quiera reconocer.
Aunque el “gran camuflaje”, denunciado inútilmente por Bollonten, sea una realidad incuestionable no es menos cierto que hoy pocos se atreven a recordar que el PSOE no era en 1936 un partido democrático, sino un partido que mayoritariamente contemplaba la República como un peldaño en el camino de la revolución y que, como marxista declarado, su objetivo era realizar la revolución e instalar la dictadura del proletariado en España. Y ya se sabe que para la ensoñación revolucionaria de la izquierda todo es legítimo salvo que alguien ose defenderse ante ella utilizando, simplemente, las mismas armas.
Naturalmente la izquierda, pero también una parte de la derecha acomplejada, ha hecho suyo el mito de una democracia rota por la ambición de unos generales que perpetraron un golpe de Estado un 18 de julio de 1936 para instaurar una feroz dictadura. De hecho, antes de que se aprobara la mal llamada “ley de la memoria histórica”, ya todos los grupos parlamentarios habían condenado la sublevación cívico-militar de aquel verano catalogándola de golpe fascista. Un segundo mito que complementara aquel otro de la impoluta democracia que fue la II República.
Tanto la izquierda como la derecha han querido borrar su vinculación histórica a lo acontecido en 1936. La izquierda, para camuflar su posición antidemocrática y su deseo de acabar con aquel sistema y acabar convirtiéndose en la defensora de la democracia frente a la pérfida derecha. La derecha, preñada de complejos, para evitar que la izquierda la señale con el dedo acusador que tanto les preocupa. Por ello, la nueva verdad oficial, porque políticamente a todos conviene, nos dice que el 18 de julio los generales, por ambición personal, dieron un cruento golpe de estado, y entre ellos el más ambicioso era Francisco Franco.
¡Qué más da que sea verdad o no cuando a todos les conviene! El ambicioso general quería el poder y por ello protagonizó el golpe con un solo objetivo perpetuarse en ese poder. Así pues, en esta línea, la guerra civil no tendría más causa que esa ambición borrando de un plumazo la realidad.
Ahora bien, la “verdad oficial”, impuesta desde arriba, rara vez tiene algo que ver con la verdad o con los hechos. El 18 de julio de 1936, se ha repetido aunque inútilmente y hoy es casi un delito afirmarlo, hubo un intento de golpe de estado pero, al mismo tiempo, una auténtica sublevación popular y sin esa eclosión es casi seguro que la victoria nacional hubiera sido imposible. Decenas de miles de voluntarios se aprestaron a combatir a la República del Frente Popular desde el minuto uno de los hechos, nutriendo unidades de milicias políticas pero también unidades militares, desde regimientos a banderas de la Legión. Igualmente todos los partidos de la oposición al Frente Popular apoyaron o se sumaron a la sublevación: desde la Falange a la CEDA, pasando por los carlistas, Renovación Española, la Lliga o los radicales de Lerroux. Y lo hicieron porque eran conscientes de la amenaza real para la libertad y sus creencias que representaba la república del Frente Popular. La prueba indirecta es que la democracia formal dejó de existir en la mal llamada zona republicana -ambas zonas eran republicanas- siendo la derecha perseguida y aniquilada en ella.
El ambicioso Francisco Franco no existía en julio de 1936. Es de sobra conocido que su asentimiento definitivo a la sublevación fue tardío y que en vano intentó que el gobierno adoptara medidas apoyándose en el Ejército para no entregarse al radicalismo frentepopulista. Es menos conocido que su nombre no figuraba entre los integrantes de un futuro directorio militar y que el único puesto pedido, la única ambición, era la de desempeñar el Alto Comisariado en Marruecos que no pudo asumir al ser llamado al Estado Mayor Central, lo que era acorde a su propia biografía. Fueron las circunstancias, el propio fracaso del golpe rápido deficientemente diseñado por el general Mola, pues no calibró la profunda división del ejército, la misma que sacudía la sociedad española, las que llevaron a Franco a la Jefatura del Estado, cuando ni tan siquiera formó parte desde el principio de la Junta de Defensa que se hizo cargo de la situación en la zona rebelde tras la muerte del general Sanjurjo. Y Franco ganó una guerra que de antemano los sublevados tenían con los datos en la mano perdida el 20 de julio de 1936.
Mayor silencio se suele guardar ante una realidad para mí altamente significativa: todos esperaban que el general Franco, antes de la sublevación de julio de 1936, les abriera la puerta del poder. En 1935, José Antonio Primo de Rivera, en un informe sobre la situación política española, anotaba que Franco era el “primer prestigio militar”; pocos meses después le sondearía en persona. En la crisis que supuso el fin del gobierno radical-cedista el propio Gil Robles instaría a Franco a protagonizar un golpe de Estado desde la Jefatura del Alto Estado Mayor y los radicales de Portela Valladares barajaron mantenerse en el poder con el apoyo de Franco y del ejército. Y poco después sería Calvo Soleto quien presionaría para que Franco se decidiera. Como anotaba Javier Tusell, Franco se convirtió entre 1935 y 1936 en el “árbitro de la circulación política y militar”. Fueron todos los políticos de la época los que trataron de atraer a Franco a sus posiciones o a que este les abriera las puertas del poder.
Cuando la lógica se impuso y los generales se inclinaron por la necesidad de un mando único sólo una candidatura era posible, la de Franco. Dudo mucho que en octubre de 1936 Francisco Franco tuviera un proyecto político definido cuando lo único importante era la guerra. Eso sí, en sus primeras intervenciones lo que se trasluce era la necesidad de que la guerra que ya tenía un por qué tuviera un para qué. Y resulta curioso que lo primera que destacara fuera el mensaje de que era necesario un orden social más justo en España.

LOS CARAMELOS DE LA CUÑADA DEL DIPUTADO DON BARTOLOMÉ

LOS CARAMELOS DE LA CUÑADA DEL DIPUTADO DON BARTOLOMÉ

De como los pícaros acaban en émulos de Torrente

Supongo que a estas horas los populares, que no ganan para sobresaltos judiciales, andan por los pasillos de la Comunidad de Madrid sonrojados por lo que se les viene encima con el liado caso de los caramelos más caros de la historia -¡Rayos, seguro que los de PODEMOS denuncia el contubernio popular socialista-. No sé si doña Cristina Cifuentes exhumará de los anaqueles el antecedente falaz de aquellos caramelos envenenados que se decía repartían los frailes para animar a los anticlericales de turno a usar la tea incendiaria. Pero el caso es que parece que tener cuñados acaba siendo perjudicial para la salud.

En la España del timo, donde el tocomocho y la estampita están incorporados a los archivos de la picaresca, el esperpento se torna en habitual comparsa del entramado de corrupciones y chanchullos de todo tipo que parece rodear a una parte de nuestra clase política. Desatada la caza al corrupto, dispuestos todos a cobrar la pieza del imputado o preimputado, las historias que están saliendo a la luz están poniendo a temblar a más de uno.

El que podríamos denominar ya el "extraño caso de los caramelos", digno guión para el humor negro de Mihura, debe estar provocando olas de hilaridad en los pasillos de la Asamblea madrileña, aunque supongo que a Cifuentes le debe hacer poca gracia, aunque se consuele sabiendo que a Susana también le han imputado a su número tres por una piscina ilegal. Y menos gracia le debe causar a don Bartolomé González, ex alcalde de Alcalá, donde algo de corrupción parece que hubo en otros tiempos con una concejalía de festejos a tenor de lo visto bastante rumbosa.

Don Bartolomé es hoy diputado regional madrileño por el PP, pero tal y como están las cosas pudiera ser que el caramelo se le atragantara y se viera apartado de su venturosa carrera política, y todo por una cuñada y por tener el domicilio de la empresa en casa de sus padres. Empresa que según parece es sospechosa de cobros raritos al Ayuntamiento. No es que don Bartolomé fuera alcalde cuando se produjeron los hechos, pero... Como la cosa tiene su morbo es necesario recordar que los hechos se produjeron con alcalde del PSOE y don Bartolomé de jefe de la oposición, quien entonces no se enteró del negocio de los caramelos de su cuñada.

Estamos ante una onerosa conjugación de pícaros y golfos que, como siempre, presuntamente se han lucrado a costa del erario público. Lo malo es que cuantas más explicaciones dan peor suena. Allá por 2009 la empresa de la cuñada le facturó al Ayuntamiento por vía indirecta 500 kilos de caramelos para las fiestas. Estoy seguro que fue la oferta más barata, pero eran los años del despilfarro o la habitual costumbre de una parte de los cargos públicos de tirar con pólvora de rey mientras paguen los contribuyentes. El Ayuntamiento de Alcalá, dispuesto a endulzar la vida de sus convecinos, aceptó por el total una facturilla de 13.107,50 Euros, según leo en el nada sospechoso EL MUNDO. Total que el kilo le salió a la corporación por unos 26.2 Euros. Inmediatamente, para no despertar falaces suspicacias, me pregunto ¿cuánto vale un kilo de caramelos?

Buceo un rato -con minúscula porque con mayúscula es un señor del PP también experto por lo que se ve en ingeniería financiera- por la red y descubro que hoy un kilo de caramelos de los de siempre anda por los tres euros y pico -si compro 500 kilos seguro que me hacen descuento- y los más caros, esos de chocolate, unos 9. Y lo único que se me ocurre es decir: ¡Serán golfos! Los del Ayuntamiento de Alcalá y la empresa de la cuñada, no los caramelos.

Pero es que no acaba ahí el trapicheo. Leemos que los caramelos fueron adquiridos para ser revendidos a la empresa La Asturiana. Me voy a su web y me encuentro que los caramelitos normales se cotizan a poco más de tres euros en la actualidad. O sea, que diría un niño bien educado en plan Borjamari, que el coste de los 500 kilos debió suponer un desembolso de 1.500 euros y ganó en la reventa al municipio 11.700 en números redondos. Lo que a mi y a casi todos los mortales nos suena a timo y según parece a la policía otra cosa. Claro que ¿qué culpa tiene de todo ello don Bartolomé, acaso no tiene también cuñado el rey de España?

ENTRE PILLOS Y OSOS ANDA EL JUEGO

ENTRE PILLOS Y OSOS ANDA EL JUEGO

Razón y sinrazón de los pactos políticos en Ayuntamientos y Comunidades



Uno de los déficit de la conciencia democrática española es la falta de cultura del pacto, bien sea por nuestra sempiterna querencia hacia el individualismo o por la omnipresencia de la idea de que solo es válido tener todo el poder y solo con mayoría absoluta en el binomio derecha izquierda se puede gobernar. Desde el rey al último lacayo, pasando por los ciudadanos de toda clase y condición, se defiende con fruición el pluralismo político teórico pero, al mismo tiempo, de forma sistémica, se promociona desde arriba y se asume, aunque ahora ande ello en retroceso, por parte de la población, que está bien eso de ser plural pero que en la práctica el progreso y la estabilidad solo se consigue si gobierna el PP o el PSOE.

Alguien se puso a jugar y, sin darse cuenta, los muñecos, más mediáticos que otra cosa, cobraron vida aprovechando la desafección que cada vez es más amplia entre los españoles. El resultado, como todos sabemos, es que lo que ayer era cuestión de dos, PP/PSOE con el apéndice de IU, hoy es un juego de pillos entre cuatro jugadores y un apéndice (PP, PSOE, PODEMOS, Ciudadanos, IU) y alguno más que se suma a la partida según los lugares. Para los amantes del bipartidismo, fundamentalmente para el PP, el cambio de las reglas no escritas del juego político es la negritud de la inestabilidad. Para todos un juego de pillos con diferentes objetivos.

Dejemos a un lado que los pactos de gobierno, ya ha caído en desuso eso de la contra natura porque llegado el caso todos están dispuestos a pactar con todos y el PP se enfada porque no quieran pactar con él, son por obligación y no por amor a la cultura del pacto y el respeto al pluralismo -ni PP ni PSOE creen en el pluralismo, creen en el poder-. Aparto la jocosidad que producen esos casos de concejales más o menos estrambóticos aupados al sillón consistorial por el relleno improvisado de listas -de la noche a la mañana tuvieron que encontrar más de diez mil candidatos-. Y no entro a valorar el currículo real de no pocos de estos, algo que tendría poca importancia si tuvieran un programa de gobierno que ejecutar con disciplina estalinista. A todos los nuevos les hubiera gustado estar en la oposición sin tener que retratarse, ¿pero...?

Los resultados de las municipales y autonómicas obligaban a los pactos. Es más, la previsión a día de hoy es que tras las próximas generales el pacto sea lo usual. Unos han visto en los pactos la oportunidad para justificar su razón de ser, pues con ellos van a regenerar la vida política (Ciudadanos) presentando como aval el haber conseguido que los imputados salgan a toda velocidad de la vida pública. Otros, la posibilidad de contar con unos pocos laboratorios -con el riesgo de que exploten-, ser el elemento que ponga fin al poder del PP, pero manteniéndose en la oposición en algunos lugares, evitando en la medida de lo posible contaminar la marca madre (PODEMOS). Ni Ciudadanos ni PODEMOS querían mostrar una política de pactos genérica, es más lo que buscaban era no tener una política de pactos previa limitándose a fijar unas líneas rojas para dejar gobernar. Ambos temían y temen el efecto de lo que en política se conoce como "el abrazo del oso". A tres o cinco meses vista de las elecciones, con la desconexión veraniega de por medio, hubiera supuesto dada la inestabilidad del electorado dar por válida la idea de que al final da lo mismo porque unos pactan con el PSOE para darle el poder y otros con el PP, ergo lo más útil es votar directamente a uno de los dos o quedarse en casa con un castizo "que les den" porque son todos iguales.

Dejando a un lado las boutades de los chicos de PODEMOS, lo que ha emergido hasta ahora de los llamados emergentes me parece que solo es la punta del iceberg y que el problema que tienen es la difícil conjugación de sus dos almas, el partido que peor ha salido parado de los pactos suscritos se llama Ciudadanos. Albert Rivera ha asumido -en realidad para eso le han impulsado- un desgaste de imprevisibles consecuencias y es quien más queda expuesto a sufrir los efectos del "abrazo del oso" pepero, mientras que Iglesias ha sabido zafarse del oso socialista y ha disparado certeramente contra el osezno que es Garzón (IU). El PP se ha colocado, porque Ciudadanos le ha dado facilidades, en la mejor situación para recuperar votos dubitativos ante el encanto de Rivera y de hecho las encuestas así lo evidencian. PODEMOS, sin embargo, se mantiene estabilizado en un insuficiente pero impresionante 20%, lo que indica que su táctica ha funcionado pero al mismo tiempo es rehén de su capacidad para evitar que sus representantes, reales o camuflados, ni decepcionen, ni asusten, ni metan la pata de forma ostensible en los próximos meses, el handicap lo tienen todos, líderes y cargos, en su ADN de revolucionarios de diseño con gotas de peroflautismo y exceso de torrentismo.

Nota.- Se comenta que Pablo Iglesias acude a diario a postrarse a los pies de la Almudena, con velas y todo, a implorar por la aparición milagrosa de un tránsfuga que acabe con la pesadilla de Carnena y coloque a Esperanza Aguirre en el sillón municipal. Ello le permitirá asaltar el cielo sin estar en manos del demonio.