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La subida de la luz y el agobio de los españoles.

Es fácil que acaben acusándote de demagogo cuando no te pones una venda ante los ojos para prescindir de la realidad social que nos circunda, o no vives encerrado en los datos y en la comodida del que carece de necesidad. Sin  admitir que casi cualquier cosa se puede justificar desde un punto de vista teórico, descalificando, en el camino, a quienes se sienten más próximos a los ciudadanos que a los datos macroeconómicos.

Una vez más el gobierno ha cedido ante los detentadores reales del poder: ese conjunto etéreo que denominamos los mercados. La inescrutable e incomprensible factura de la luz, que recoge las tres partidas que determinan su precio, subirá al amparo de las luces de Navidad y el dispendio -cada vez menor para una parte significativa de españoles- de la aparente felicidad de los regalos, esperando que así el desatino se olvide rápido. Pero dejemos constancia que a lo largo de este año lo que se ha producido es la subida constante de la factura energética de los españoles comunes. Ahora se anuncia un incremento real que en enero podría situarse entre el 6% y el 7%.

El gobierno lleva justificando estas subidas, producto de la deuda generada por la diferencia entre el precio de venta y el precio de coste, alegando, implícitamente, que en esta situación de crisis ya no es posible sostener artificialmente los precios merced al tramo de los mismos que fija el ejecutivo. Pero oculta que la reforma del sector es un peaje más al que nos obligan en Europa y no nos explica cómo es posible que en España la luz tenga una de las tarifas más altas del continente.

El gobierno ha cedido ante las poderosas eléctricas y no se le ha ocurrido plantear abiertamente que el modelo es equivocado, que la gestión del sector no parece que haya sido la más eficaz y acertada y que, en definitiva, estamos pagando la ausencia de un sector estratégico energético nacional.

El gobierno, una vez más, rompe sus promesas. No ya las electorales sino las realizadas hace unas semanas. El Ministro de Industria -ya podía dedicar sus esfuerzos a industrializar el país- afirmó que el tramo de la factura que es responsabilidad del gobierno no subiría. Y, como es usual, cada vez que el presidente o alguien del gobierno dice que eso no sucederá acaba invariablemente pasando.

La luz sube cuando, según se nos informaba, ante la llegada del invierno, unos tres millones de hogares no podrán utilizar la calefacción adecuadamente o, simplemente, no podrán encenderla; cuando hemos visto reportajes televisivos de la gente volviendo a quemar en casa madera para calentarse; cuando en todas las parroquias se recoge, además de alimentos, dinero para poder pagar las facturas impagadas de la luz... Por toda respuesta el gobierno argumenta que 2.5 millones de españoles se benefician del "bono social" eléctrico, pero de poco vale el bono cuando el precio de la luz sube y previamente el dinero que se obtiene va a cubrir otras necesidades básicas.

Pero lo peor es que otra vez se busque, con ese lenguaje falsario y pletórico de eufemismos, a que nos ha acostumbrado el gobierno de Mariano Rajoy, tranquilizar a los españoles diciéndonos que es una subida transitoria, que a partir de abril de 2014 se producirá un reajueste y la factura bajará. Lo que no nos dicen es que en el proyecto legal de reforma gubernativo se contempla la subida automática para evitar que se produzca un nuevo déficit. Déficit que naturalmente acaban estableciendo las propias eléctricas y pagando todos los españoles para mejorar sus cuentas de resultadas.

 

 

 

 

 

1 comentario

Paco -

Vaya unos hijos de p. tenemos al mando de la nación, casi tan execrable como los socialistas. Y mientras la población se apreta el cinturón hasta ahogarse, ellos siguen viviendo como rajás en sus guetos urbanos de lujo, con coches oficiales renovados, con salarios que aumentan exponencialmente cada vez que lo deciden… y ante esto, los españoles sólo saben callar como putas, cuando no seguir votando a los mismos verdugos para que nos aprieten la soga. Pues que esos españolitos descerebrados y robotizados (votantes del PPSOE y de IUPyD) sean consecuentes, luego no tengan encima el cinismo de quejarse y rasgarse las vestiduras.