La sorprendente Educación para la Ciudadanía de la República
A veces los alumnos te sorprenden. Hoy uno de ellos, especialmente inquisitivo, lo que no suele ser habitual, me ha traído un librito de esos que aparecen en las estanterías. Es un texto escolar de la II República que vendría a ser el equivalente a la polémica asignatura de Educación para la Ciudadanía, aunque dudo mucho que alguno de sus contenidos no fuera considerado como políticamente incorrecto, cuando no abiertamente subversivo con respecto al discurso dominante.
El autor del libro en cuestión, titulado “Lecturas cívicas comentadas”, es Manuel Franganillo Monge, pero se trata de una edición corregida y adaptada a la Constitución de 1931 por su hijo Juan Franganillo. Conviene situar a los autores para evitar suspicacias. Resulta que ambos ejercieron, sucesivamente, como Directores de la Escuela Graduada de Fregenal de la Sierra (Badajoz), donde la riqueza brillaba al igual que la justicia por su ausencia: “¡Cuán tiraste es que la carestía de la vida obligue a las mujeres a salir de sus casas, para con su trabajo, contribuir al sostenimiento de su familia por no bastar el jornal del marido” (p.160). El texto en cuestión es de 1934, pero leyéndolo se nota que debió ser escrito en 1932, porque habla del proyecto de Ley de Reforma Agraria que se estaba preparando como esperanza para los sin tierra.
Me he fijado en tres o cuatro temas de singular actualidad. En las definiciones de Patria, Nación y Familia. Probablemente a muchos les sorprenderá lo que se enseñaba a los niños sobre estas cuestiones en esta particular Educación para la Ciudadanía.
"Tu sabes, con toda seguridad, lo que es la Patria. Sientes el concepto, aunque podrías explicarlo con poca propiedad y con las incorrecciones naturales de tus pocos años. Pero si tienes el sentimiento de lo que significa la palabra Patria, ya cuentas con lo principal para entrar en posesión de tan sublime ideal. (p 11)
Si te dejaran definir la voz Patria, quizás dirías que la “Patria es nuestra madre”; “que es el pueblo en que vivimos”; que es la sociedad de que formamos parte, con sus leyes que nos amparan y protegen. O tal vez, contestes lisa y llanamente: Mi Patria es España (p 12)…
Tendrías razón al contestar en esta forma….
El pueblo en que te criaste y creciste, donde viven los amigos de tu infancia con los cuales compartías tus juegos, tus dichas y tus pesares, es un pueblo español, y, por tanto, de tu Patria. Y lo mismo que te digo de tu pueblo pudiera decirte de todos los pueblos que, reunidos, forman tu provincia; y de las regiones de nuestra España.
Pero la Patria es algo más que el suelo, que la tierra de nuestro país, con sus pueblos, provincias y regiones. Comprende también las personas, a saber: tus padres, tus Maestros, tu familia, tus vecinos, tus paisanos, todos los españoles. Y no sólo se refiere a los vivos sino a tus antepasados, a los muertos, que nos legaron el caudal de su experiencia, de su trabajo, de su ingenio, de sus múltiples sacrificios.
Todavía puedes añadir que la Patria es nuestra lengua, sonora y armoniosa; nuestras leyes, de país civilizado; nuestras costumbres; nuestro carácter independiente; nuestra caridad y hospitalidad; la hidalguía, la nobleza, el heroísmo, nuestros sabios, nuestros poetas, nuestros valientes soldados, nuestros mártires, nuestros héroes…”
¿Y la nación? Pues según el manual: “La nación española, que es de la que vamos tanto, es la sociedad formada por todos los hombres que vivimos en España sometidos a nuestro Gobierno”. Existen autonomías, pero “esta autonomía no supone hacerse independiente de España” (p.185).
Tengo la impresión que a más de uno de los que ahora enarbolan como icono revolucionario la bandera de la II República Española, que no la bandera republicana, esta definición les sonaría a rancio derechismo cuando no puro franquismo.
No menos políticamente incorrecto resulta reproducir lo referido a la familia: “es el tipo más perfecto de sociedad humana, como que está fundada en los vínculos de la sangre, en el amor mutuo y recíproco que existe entre las personas que la constituyen” (p.62). Pero ¿qué es familia para estos republicanos?: “Tu familia está constituida por tu padre, tu madre, tus hermanos y tu. La familia tiene su origen en el matrimonio… La más sencilla definición es esta: la unión legítima de un hombre y una mujer para auxiliarse mutuamente, conservar la especie humanas y educar a sus hijos” (p.63). Nos ilustra también el autor del tipo de divorcio republicano: “La ley pone ciertas restricciones a los casados para que no se divorcien sino en casos de verdadera incompatibilidad, pues de lo contrario se prestaría a grandes abusos”.
¡Qué cosas nos dicen Franganillo padre e hijo! No creo que esta Educación para la ciudadanía representase el más mínimo problema para nadie, pero dudo mucho que el cielo no se cayera sobre la cabeza del ingenuo que se atreviera a difundir tan peligrosas ideas...
Nota biblilográfica: Manuel Franganillo y Monge, Manuel y Franganillo y Fernández, Juan, Lecturas cívicas comentadas, Nueva Edición corregida y aumentada según la constitución de 1931, Editores Gerona, Madrid 1934, 267 páginas.
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