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Ausencias reales ¿A qué dedican el tiempo libre?

Ausencias reales ¿A qué dedican el tiempo libre?

Tengo que decir, no vayan a pensar mal mis lectores, que personalmente el hecho de que la Familia Real, representada por SSAARR los príncipes de Asturias (en realidad sólo él es príncipe), pese a los anuncios, tras decidirlo en el último minuto, no asistiera a la boda de opereta (conste que casi todas las bodas reales lo son), celebrada en Mónaco para darle lustre a un principado de glamour en plena decadencia, me parece una nota de buen gusto. Pero que la decisión de no hacerlo fuera precipitada no deja de escamarme. Podría hacer una “boutade” veraniega, pletórica de maledicencia, escribiendo que probablemente Leticia no quiso competir con las afamadas princesas de Mónaco y la hiperfotografiada Carlota, devoradora desde hace años del papel couché. Pero no pasaría de ser una explicación digna de cualquier programa de cotilleo. Sin embargo, dejando a un lado los gustos personales, alegrándome del ahorro que supone no tener que desplazar a nuestros augustos representantes, sus modelos y su cortejo hasta Mónaco, no deja de ser significativo el hecho que han dejado de cumplir con una de sus obligaciones. Algunos, por elevar el tono patriótico, han comentado que fue la respuesta real a las declaraciones de Alberto de Mónaco cuando la candidatura olímpica de Madrid, pero el pecho se saca desde el principio y no a última hora y sin decirlo.

Más sorprendente ha sido la ausencia de los anteriormente citados, ya que desde hace tiempo el Rey suele delegar en el heredero este tipo de obligaciones, en la entrega de despachos de la Academia Militar de San Javier. No sólo no llegaron a dar el despacho a los cadetes el Príncipe y la princesa consorte, tampoco estaba la fecha, por lo que parece, en la agenda de la enfadada Ministra de Defensa. No es que los cadetes se licenciaran con disgusto o no gritaran jubilosos al lanzar sus gorras al aire, pero no me cabe duda de que, acostumbrados al realce que da la presencia de la Familia Real, lo sintieran como un desdoro. Ausencia sorprendente, porque desde que tengo memoria la presencia de la Familia Real es habitual en este tipo de actos en la Academia. Es posible que lo hayan hecho para ahorrar, pero no parece una excusa muy plausible. 

No es la primera vez que la Casa Real deja a algunos con tres palmos de narices, especialmente cuando llega la canícula veraniega o prevacacional. Alguien debería de recordar a los encargados de protocolo de la augusta casa que la función principal que tiene el Rey y todos los miembros de la Familia Real es la de representación. Ante esa obligación no cabe ni excusa ni pretexto y mucho menos cuando se trata de algo tan vinculado al Jefe del Estado como son los Ejércitos. También deberían los encargados de protocolo asumir que existe vida más allá del peloteo habitual de los medios de comunicación y que, ante estas ausencias, lo que muchos españoles acaban preguntándose es ¿a qué dedican el tiempo libre? Un tiempo que muchos consideran demasiado amplio.

 

 

1 comentario

Oscar -

Está visto que la virtud de la diligencia es muy débil en la Realeza, por eso les domina la pereza, la cual es muy mala para aquellos que supuestamente nos representan, pero debe ser algo que viene del zapaterismo, cuyo lider dejó un viaje por cansancio. Vaya panorama, que tenemos.