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Yo sí creo en Contador

Yo sí creo en Contador

El ciclismo es uno de los pocos deportes que sigo regularmente desde que era niño. Todavía recuerdo el año que terminamos las clases del colegio antes para poder ir a ver al gran Eddy Merckx, aquel ciclista que devoraba las carreras y que ese año corrió la Vuelta a España. Ahora bien, yo soy de la generación sufrida de Perico Delgado. El “loco de los Pirineos” capaz de hacernos botar del sillón cuando se dejaba caer hacia atrás y salía hacia adelante, en medio de una cuesta, dejando sentados a todos sus rivales. También a Delgado intentaron birlarle un Tour, pero entonces las cosas no eran como ahora y quienes pesaban en este deporte corrigieron el desaguisado que buscaban los franceses.

¡Cómo nos hizo vibrar Perico cuando llegó tarde a la salida de un Tour y después sufrió una pájara tremenda, pero en cuanto vió sus cuestas salió hacia arriba dejando sentados a sus rivales! No ganó de milagro, le faltó una montaña… Fue el año en el que el que más rápido corrió realmente el Tour no ganó, pero estuvo a punto de darle un disgusto descomunal a Fignon, aquel francés mal encarado al que deseábamos que Perico dejara sentado. Estaba yo sirviendo a la Patria en un ya desaparecido cuartel y aquella tarde, cuando se escapó, no recuerdo si en los Pirineos o en los Alpes, por honor patrio, se suspendió el tostón diario de la milicia para poder ver a Perico. Llegó Indurain, pero los de mi generación siempre tuvimos en nuestro corazón a Delgado.

Para nadie es un secreto que los franceses no se conforman con la humillación de que ningún francés, similar o adherido, gane el tour de Francia desde hace ya ni se sabe. Virenque fue durante casi una década su paño de lágrimas, al menos él ganaba el maillot de la montaña convertido en su segunda piel. El dopaje acabó con un flamante equipo francés y desde entonces la prensa deportiva gala, comenzando por L’Equipe, que a veces se parece mucho a un programa de Tele-5, clama venganza.

Desde hace veinte años tratan de contar con un equipo francés con posibilidades sin que la suerte les haya sonreído. Pero lo que no soportan los organizadores del Tour y la prensa deportiva francesa es la continua humillación española. Hace tiempo que el Tour se la tiene jurada a Contador. El año pasado no querían que corriera, presionaron para que no estuviera, pero... Este año, merced a la increíble sentencia de ese organismo denominado TAS, que es capaz de establecer la inocencia del sujeto y a la vez castigarle a la pena máxima, Contador no correrá el Tour. Por fin podrá ganar un francés próximo, porque un francés al cien por cien lo tiene difícil, pero con que no gane un español les es suficiente. ¡Mira que si Valverde, aunque sea difícil, les da un disgusto!

Alberto Contador, el “pistolero de Pinto”, es un ejemplo de superación personal y de humanidad. Superó un cavernoma que debiera haberle bastado para mirar la vida de otra manera y no subido a una bicicleta. Su historia es la de tantos corredores de extracción humilde que llevan los sueños en las calas de las botas y en los pedales. Contador ha aprendido a correr, de esa forma alegre y saltarina que hace temblar a sus rivales, contra las pendientes de las montañas y las cuestas de la vida. Tres veces ha ganado el Tour -lo del TAS quitándole la victoria no pasa de ser una boutade- para disgusto de los organizadores de la carrera. En cada victoria el recuerdo a su hermano, disminuido psíquico, y a su lado la emoción de sus vecinos de Pinto. Contra Contador el Tour y su mano alargada. La excusa, una inapreciable e inútil cantidad de clembuterol que, tal y como nos han explicado hasta la saciedad, no permite a nadie doparse ni para mejorar su rendimiento al subir el escalón de la entrada de su casa.

Contador, acostumbrado a tumbar al Tourmalet o al Alpe d’Huez, cometió el error de no aceptar el chalaneo: aceptas tu culpabilidad y te ponemos un año. Ganó en los tribunales pero la UCI (Unión Ciclista Internacional) y la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) no estaban dispuestas a dejar escapar su presa amparándose en una norma, “la responsabilidad objetiva”, que elimina de un plumazo la presunción de inocencia. ¡Inconcebible! Pero aceptado por los gobiernos que están representados al 50% en la AMA.

La sentencia -llamarla sentencia es un eufemismo-, el “laudo arbitral”, del caso Contador es una monstruosidad antijurídica, pero la Agencia Mundial Antidopaje la necesitaba para demostrar que es una entidad infalible y mantener su capacidad de coerción. Si Contador hubiera sido declarado inocente, o “no culpable” al no existir pruebas de dopaje, lo que hubiera hecho cualquier tribunal ordinario de justicia, la AMA y la UCI se enfrentarían hoy a una revisión del planteamiento que les ha convertido en dueños y señores del ciclismo, aquel que, vulnerando la base de la justicia en todos los países civilizados, sostiene que el deportista es culpable y que por tanto es a él al que corresponde demostrar su inocencia y no a los acusadores demostrar su culpabilidad. Por eso han condenado a Contador, porque su absolución hubiera implicado llevar la justicia a estos organismos y recortar su poder. Por eso le han aplicado la máxima condena y han buscado asfixiarlo económicamente para conseguir doblegarlo. Fortalecidos con el caso Contador, la UCI y la AMA lo que ahora buscarán es mantener su chiringuito y seguir cobrando por ello.

Afortunadamente, Contador volverá a correr en agosto y estará en la salida de la próxima Vuelta a España. No estará en el Tour, porque resulta evidente que los hacedores estuvieron contando los días para que no pudiera estar en la salida, no fuera a ser que un enrabietado Contador hubiera humillado a los que dentro y fuera de la carrera han buscado acabar con él. Mejor para la Vuelta y peor para el Tour, porque nosotros sí creemos a Contador.

 

PD. Anda la prensa francesa intentando explicar sus fracasos deportivos presentando a los españoles como el club de los dopados.

3 comentarios

ENRIQUE QUINTANA HERNÁNDEZ-PINZÓN -

Completamente de acuerdo, Francisco, pero yo me remonto a la época de Federico Martin Bahamontes, que además de ganar tambien el Tour, ganó infinidad de veces el premio de la Montaña, en el que Virenque de haber coincidido con él, no hubiera ganado ni un "piquito". ¿Nombra ajgún frances al Aguila de Toledo?. ¿Tambien se dopaba?. Si, con helados que se tomaba cuando subia un puerto y esperaba a los demás a que llegaran sudorosos.Cochina envid d los franchutes.

Chovendo -

Cuando van a desaparecer esos tribunales inquisidores, nombrados por no se sabe quien, y que tienen una tan particular visión de la justicia? Pero no les quiten los buenos hoteles, baquetes y viajes de lujo.

vecina -

Es una injusticia. Yo no sigo el ciclismo pero no se puede considerar a nadie culpable sin pruebas. Y encima los vídeos de los franceses que tienen tan mal perder.